1. Al hilo del éxito de Coursera, la gente de Nada es gratis reflexiona sobre el retorno de la inversión y el modelo económico de la universidad para sobrevivir (o no) a los cambios sociales que ya vivimos. Para ellos parece claro que emerge la figura del profesor mediático, showman, capaz de comunicar y congregar, más que alumnos, fans. ¿Cómo conseguir que esos seguidores generen retorno?. Y la segunda cuestión, nada baladí, es ¿seguirán los alumnos matriculándose cuando pueden conseguir el mismo conocimiento gratis?, ¿qué pasara con la universidad como modelo de negocio?.
2. Las preguntas no paran de crecer y acabamos de empezar a buscar respuestas. Para la gente de Digitalismo, el principal problema tiene que ver con el diseño de los entornos educativos, así que acaban de poner en marcha Outliers School con el fin de identificar problemas específicos (y oportunidades de inversión) y solucionarlos, sin esperar a que sean otros quienes lo hagan. Motivación, transdisciplinariedad, desintermediar, distribuir... un glosario, en definitiva, que nos es más que familiar y que retrata con insistencia las características de un paisaje del que cada vez conocemos más y más.
3. A pesar del indiscutible advenimiento de un nuevo modelo social y educativo, la dudas sobre cómo ganarse la vida haciendo investigación en un mundo en el que las universidades pierden importancia son inevitables. El Dronte se lo pregunta, como ya lo hizo Ortega y Gasset en Misión de la universidad. Y cabe responder también, como lo hizo Ortega, si la investigación debe ser la misión central de la universidad (no lo fue hasta hace poco, al menos hasta la llegada del modelo universitario alemán): ¿Cuál debe ser el objetivo de la universidad en la sociedad informacional?
4. Y la siguiente pregunta es inevitable, ¿cómo medimos la investigación? ¿En patentes? ¿Relacionar las patentes con el conocimiento tiene sentido en este contexto que estamos descubriendo de acceso gratis y general al conocimiento? ¿Tienen sentido esos medidores?
Hola! Me voy a arriesgar con el 3 ;)
ResponderEliminarSiguiendo la lógica de las escuelas del comunal, el objetivo de la universidad (a nivel teórico y de investigación básica) sería aportar "argumentos" y "herramientas teóricas" a las comunidades que los soportan. Es decir, los investigadores vivirían de la financiación de las comunidades que necesitan los argumentos y herramientas que ellos desarrollan.
En nuestro caso, por ejemplo, intentamos "pagarnos" una investigación sobre otra idea del construir que nos permita argumentar al aparato burocrático de las licencias, códigos técnicos y etc, que no les necesitamos ;)
En cuanto a los medidores, serían los de las comunidades, me doy cuenta mientras escribo que éste razonamiento parece muy relativista. Seguiré pensándolo, pero creo que se adapta bien a un mundo más distribuido.
Saludos y enhorabuena por el blog y el libro!
Jo, Ester, estaría genial que una comunidad financiara directamente una investigación. Pero se acerca bastante al crowfunding, por lo que viendo las experiencias al respecto (hasta ahora) soy un poco pesimista. Si aceptamos que la universidad comunal tiene que investigar, la financiación de esas investigaciones es uno de los temas que nos deben preocupar. Una posibilidad intermedia es ocuparse solo de investigación aplicada (como en vuestro caso) y dejar la investigación básica o pura para centros específicos financiados por empresas, fondos públicos y pequeños patrocinadores.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por aquí y hacernos pensar.